Hace ya cerca de 70 años, mi abuelo Manuel, trabajaba las tierras que dieron luz al nacimiento de este elixir de vida. Allí se enamoró perdidamente de mi abuela Josefa, que trabajaba como sirviente para los dueños del cortijo. Fruto del amor, lograron sacar adelante sus olivos, trabajando sin descanso y superando toda clase de adversidades hasta hacerse con el dominio de estas tierras.
Mis padres con su duro esfuerzo han conseguido que junto a ellos, mis hermanas y yo, continuemos con la tradición familiar, por ello, nos enorgullece enormemente poder cuidar de ti, y os presentamos nuestra marca HAZA DEL FRESNO, con un exquisito proceso de producción y máxima calidad en todos nuestros productos.
Gracias por confiar en nosotros.
